¿Cómo se definen los roles? ¿Fueron cambiando a lo largo del tiempo?
-Felipe Ferrer: Desde que armamos nuestro primer taller en el patio de la casa de mi abuela Pamela se dedicó a coser y yo a cortar. Nos empezó a ir muy bien con las acciones de reutilización de material de desecho, ahora enmarcadas en ciclos de upcycling. Realizábamos accesorios para marcas juveniles. Ahora Pamela se dedica a las ventas, los proyectos y la gestión. Yo, a la producción y la innovación, ambos seguimos diseñando.
-Pamela Castro: Soy la más visceral y latina del equipo. La que va más rápido y tiene menos paciencia, la (mas empática y con un fuerte compromiso social, que heredé de mi familia. Me surge de manera natural concebir proyectos desde este enfoque. Felipe tiene el don de la perseverancia y la capacidad para entender ciclos y etapas. El piensa mucho, va paso a paso y entiende los procesos con sus etapas y ciclos.
¿Cómo fue la experiencia de exportar a Japón y Gran Bretaña?
-PC: Fue muy exigente. Nos capacitamos en comercio exterior y cumplimos con todos los requisitos de calidad solicitados. Inglaterra nos pedía las muestras con dos meses de anticipación para controlar cierres, costuras y resistencia de los bolsos. De acuerdo a la calificación obtenida por el product manager del retail John Lewis & Partners nos encargaban los productos.
-FF: En Japón tuvimos presencia en 10 ciudades a través de las tiendas de Mark’s Inc. Allí la confianza fue crucial. Al japonés le cuestan los negocios con extranjeros. También llegamos a Holanda, con una tradición muy arraigada entre los ciclistas. Entonces adaptamos nuestros modelos: no les gusta el velcro, porque hace ruido. Nosotros usábamos fichas para el colectivo, ellos no. Así fuimos modificando las piezas, según las costumbres. En Centroamérica, por ejemplo, nos pedían bolsos más grandes, con texturas flexibles. Holanda demandaba estructuras más rígidas. Exportamos hasta 2009, cuando el mercado interno fue nuestro nuevo cliente. Aprendimos muchísimo.
¿Cuál fue el punto de partida para recuperar material utilizado por Bomberos Voluntarios de Chile?
-PC: En 2010 vimos en Alemania una iniciativa de upcycling que sólo trabajaba con las mangueras de los incendios, aunque la institución no participaba de la acción. Nosotros vimos una posibilidad de generar valor compartido junto a bomberos de Chile, sin embargo el proyecto era muy visionario para ese entonces. Recién después de 8 años se dieron las condiciones para iniciar el diálogo en Santiago. La línea #OnFire está realizada a partir de deshechos de los elementos y materiales que descarta la institución: mangueras pero también uniformes y tanques de oxígeno. Revalorizamos el trabajo y la materialidad (los descartes), diseñamos servicios y productos y donamos 10% a la organización.
¿Cómo es el vínculo con los bomberos? ¿El público responde a esta iniciativa?
-PC: Ellos son muy activos, siempre nos mandan ideas y propuestas relacionadas al fuego, al asado, a las asaderas. Tienen el tema del fuego bien presente. Nosotros nos involucramos en sus proyectos, participamos de la vida cotidiana de esa comunidad. Nos consideramos mutuamente. La gente los quiere. La mochila dice claramente Bomberos y cuando se lleva puesta es como usar el traje ignífugo. La gente te trata diferente, con respeto, te dan el asiento en el metro, te felicitan por la noble misión.
¿Cuál es el objetivo y cómo surge Reparalab, el programa itinerante que llevan por todo Chile?
-PC: El programa apunta a generar valor, empleo y economía. Nos convocó la firma textil Patagonia, de indumentaria deportiva, para aplicar la metodología Modulab en Worn Wear, una iniciativa que recuperó miles de prendas por todo el país. A partir de esta experiencia organizamos tres giras en un motorhome, desde Santiago, Punta Lobos, Pucón, Puerto Varas , Puerto Montt hasta Coyahique.
-FF: Luego vimos una oportunidad en la reparación, una ventana que se abría a modo de bandera de lucha. La reparación valida una de las R menos abordadas dentro de las estrategias de la economía circular, pero es la que completaba nuestra misión y le daba más sentido. La reparación es la que cambia prácticas, la que da oportunidades a las mujeres, la que nos enseña ingeniería, creatividad colaboración. La R de reparación es disruptiva. La consideramos un derecho, vimos en ella una oportunidad no solo para los objetos que podríamos componer, sino que también para la generación de empleo. De ahí surge Reparalab. Y su fuerza radica en que no sólo se reparan prendas de indumentaria sino que el panorama se amplía a electrodomésticos, zapatos, bicicletas y juguetes.
Entrevista realizada por Vivian Urfeig , destacada periodista argentina, donde hablamos sobre nuestrtos inicios y como abordamos la sostenibilidad.